lunes, 17 de febrero de 2014

LIVE AT THE CELLAR DOOR

1970 acaba y Neil Young se instala entre el 30 de noviembre y el 2 de diciembre de ese año en un pequeño club en Washington D.C. conocido como Cellar door para ofrecer seis conciertos, sitio que entre 1965 y 1981 se convirtió en un reducto mítico donde cabían apenas 200 personas, con el público a escasos metros de los artistas. 

Allí se grabaron históricos álbumes en directo de leyendas como Miles Davis, mientras otros cantautores de la época como Jim Croce y un joven John Denver, también pasaron por el lugar. Neil Young hizo las tocatas cuando su obra maestra “After the Gold Rush” llevaba apenas tres meses en la calle, y prácticamente ningún especialista consideraba gran cosa su tercer disco como solista. El espacio destacado que hoy goza aquel título, solo comenzó a ser reconocido años más tarde.

Esos días finales de 1970 implican un periodo de transición para el artista canadiense. Se encamina definitivamente como solista, mientras el sueño hippie y anti belicista del que formaba parte como integrante de Crosby, Still, Nash & Young, se cae a pedazos. Todo ese ambiente flota en estas grabaciones mantenidas en excelente condición a pesar del tiempo, donde incluso es posible distinguir gente tosiendo o riendo. Acá Neil Young presenta varias canciones de “After the Gold Rush” al piano y la guitarra acústica. El ambiente es calmo, el público escucha con respeto y Young está completamente inspirado. Su voz es conmovedora, canta de manera delicada y a la vez intensa. Hay versiones extraordinarias de ‘Tell Me Why’, ‘Only Love Can Break Your Heart’, y el tema que dio nombre a “After the Gold Rush”.

Young incluye además ‘I Am a Child’, ‘Expecting to Fly’ y ‘Flying On the Ground is Wrong’ de Buffalo Springfield, la banda legendaria con la que inició su carrera en Estados Unidos; otros temas inéditos en aquel tiempo como ‘Bad Fog of Loneliness’, que apareció recién en 2007 en el disco en vivo grabado en el Massey Hall de Toronto en 1971, y ‘Old Man’, que luego sería parte de otra pieza fundamental de su discografía, “Harvest” (1972).

‘Cinnamon Girl’ tiene una magnífica versión al piano, detalle que es comentado por el músico cuando cierra el tema y le cuenta a los asistentes que es la primera vez que la toca así. Más adelante pide disculpas nuevamente por volcarse a las teclas con poca experiencia, pero la verdad es que las frases están de más porque su rendimiento es ajustado y espontáneo. Todo el set de “Live at the Cellar Door” muestra a un artista en el apogeo de sus capacidades en una faceta íntima, lejos de la descarga eléctrica por la que también es reconocido. Un disco sencillamente hermoso.





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