miércoles, 10 de junio de 2015

¿EL CAPITAL SE ADUEÑÓ DEL PUNK?

En un nuevo intento por demostrar que el capitalismo lo digiere todo más tarde o más temprano y como mucho expulsa las pepitas, van a comenzar a circular por el Reino Unido tarjetas de crédito con la imagen del primer ‘single’ de Sex Pistols: ‘Anarchy in the U.K.’ (y otras portadas del grupo), por cortesía de la división financiera de Virgin.

“Soy un anticristo, soy un anarquista, no sé lo que quiero, pero sé cómo conseguirlo”, decíala letra de una canción definida de inmediato como un símbolo de la ira, confusión y frustración de los jóvenes británicos de los 70. Una forma de escupir sobre el sistema y sus valores, que fue aún más lejos con la canción ‘God Save the Queen’ y su caracterización del país como un “régimen fascista”. El punk, tío, todo es una mierda y nada nos importa una mierda.

Así, el plástico estará diseñado con detalles del álbum “Never Mind de Bollocks” y del sencillo “Anarchy in the UK”, entre otras iniciativas publicitarias.

Un portavoz de Virgin Money recalcó por su parte que “la relación entre los Sex Pistols y ‘Sir’ Richard Branson se remonta a hace 40 años”, por lo que los miembros de la banda surgida en Londres en 1975 “están contentos de participar en esto”.

Branson, que actualmente controla un 35 % de Virgin Money, integrada en su conglomerado empresarial Virgin Group, fichó a los Sex Pistols para su discográfica en 1977, aunque la banda, que solo estuvo en activo 2,5 años, perteneció a otros sellos antes y después de esa fecha.

El multimillonario dijo hoy que “los Sex Pistols son un grupo icónico y parte de la historia de Virgin”.

“Virgin Money es un banco que puede estar orgulloso de su pasado y me encanta que el equipo haya decidido celebrarlo de esta manera”, declaró.

Que los supervivientes de los Sex Pistols están dispuestos a pillar dinero de donde sea es conocido. Que Branson, a la manera de Ryanair, es capaz de todo con tal de salir en los titulares, lo mismo. Pero ambos continúan una tradición muy consolidada. Como el estómago de una vaca, no hay material por correoso que parezca que el capitalismo no pueda aprovechar en su beneficio. A veces cuesta más tiempo del que esperaba, hace que salten algunos dientes y provoca algún mareo por el esfuerzo, quizá una ligera gastroenteritis, pero siempre termina por extraerle proteínas.

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