"En el escritorio está aquella carta
que nunca me escribieron,
que nunca me escribieron.
Y me acuerdo de los mejores tiempos
donde nada se iguala
cuando quería cumplir mis sueños.
Poco a poco fue cambiando mi vida
y sin darme cuenta la fui perdiendo,
aunque nunca me gustaron las carreras
siempre acompañé a mi viejo
a ver como corrían sus caballos.
Me acuerdo del bosque
que estaba en mi imaginación,
siempre sabía cómo entrar
pero después me perdía
y no encontraba la manera de salir.
Qué hermoso fue haber sido un niño,
me hubiese gustado detener el tiempo
para continuar con esas viejas aventuras,
maldita la hora que vino a cambiar los tiempos.
Hoy todos aguantan por mantenerse vivos,
algunos son unos exitosos ingenieros,
pero yo sólo soy un simple pordiosero.
Y aquí estoy al lado de la vida
dando la pelea hasta que me rinda,
espero que ella no me derrote
y quede como un tipo olvidado."
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