jueves, 12 de noviembre de 2015

A 27 AÑOS DE SER ASESINADOS, LOS COMPAÑEROS TIENEN MEMORIA

Pablo Vergara y Aracely Romo, asesinados por la Dictadura un 5 de noviembre de 1988 La formación cristiana y su militancia en el MIR Manuel y Luisa llegan a vivir a la población Jose Cardijn, frente a Villa Francia, en el año 1962, tuvieron 4 hijos, Pablo, Eduardo, Rafael y Ana, su refugio social y […].

Manuel y Luisa llegan a vivir a la población Jose Cardijn, frente a Villa Francia, en el año 1962, tuvieron 4 hijos, Pablo, Eduardo, Rafael y Ana, su refugio social y político en los primeros años de la dictadura fue la comunidad Cristo Liberador donde se hicieron amigos de muchos sacerdotes emblemáticos como Mariano Puga, Roberto Bolton, Pierre Dubois y Alfonso Baeza. Su militancia fue Cristo y en esa militancia educaron a sus hijos.

Pablo es el mayor de los 4 hermanos, ”El Tiburón” como le decían los mas cercanos por su inconfundible nariz, nació el 7 de septiembre del año 1963, alto, delgado, alegre, estudioso. Sus primeros estudios los hace en la Escuela de Educación Básica N° 50 de Santiago, los estudios secundarios los realiza en el Liceo Don Bosco y en 1981 ingresa a la Universidad de Santiago donde estudia Ingeniería, es en esa época que conoce de cerca el Movimiento de Izquierda Revolucionaria, MIR, donde entra a militar, sus padres aceptaron su decisión.

Su película favorita era “el Regreso del Jedi”, sentía mucha simpatía por esos ositos que hacían pequeños grandes sabotajes contra el Imperio, “los ewoks”. Por su liderazgo innato era capaz de levantar organizaciones, de mover masas, todos lo conocían como “El Maestro” porque siempre andaba enseñándole a la gente de política, de solidaridad y de ayudar al prójimo, manifestaba especial sensibilidad frente a las injusticias que se vivían a diario en época de dictadura y frente a ellas actuaba, participando activamente en las organizaciones juveniles de Villa Francia, donde se realizaban diferentes actividades, entre ellas, centros de apoyo escolar y folclórico. Siempre estaba pendiente de los demás, ayudando a sus compañeros en los estudios, apoyando a sus amigos en la población, respetado y querido por jóvenes y adultos como un líder natural.

Profundamente cristiano, entendía que debía dar su vida por su Pueblo, por los pobres, por acabar con la opresión, porque esas eran las palabras de Cristo. Su formación cristiana no podía derivar en otra cosa que no fuera un profundo amor por su Pueblo y el dolor en el cuerpo con cada injusticia que se vivía, lo que derivó que en sus años posteriores pasara a militar en el MIR, convirtiéndose en el encargado territorial del sector.

Pablo tuvo un hijo que nació cuando había dejado Chile, al que no conoció. La madre del niño que también militó en el MIR, bautizó a su hijo con los nombres de los hermanos de su padre. Amigos que lo conocieron en Argentina visitaron Valparaíso hace unos años atrás donde se conmemoró un nuevo aniversario de su asesinato, entre ellos, Pablo Bustillo, quien lo conoció cuando vivió en la zona de Quilmes, un barrio de Buenos Aires, en aquella oportunidad mencionó que Pablo no tan solo les enseñó la palabra trabajo, la palabra dignidad, la solidaridad, si no que hizo que todos aprendieran desde la práctica.


El exilio, retorno a Chile y su muerte junto a Aracely Romo


Tras el asesinato de sus hermanos Eduardo y Rafael, Pablo debió sufrir el exilio junto a su hermana Ana, estando en España realiza diferentes campañas de denuncia frente a los asesinatos de sus hermanos, luego se fueron a Cuba y desde ahí remontaron al sur, hacia Argentina, para estar mas cerca de su familia, fue ahí donde Manuel le pide que no los hiciera sufrir, que se cuidara, que no podrían vivir con otro hijo muerto. Todas las cartas y cada uno de los pequeños recados que Pablo logró enviar a sus padres durante su exilio son de tal profundidad frente al momento que estaban viviendo como familia que su estado anímico era evidente, el asesinato de sus hermanos y el estar lejos de sus padres hacen que en Marzo de 1988 sin comunicarlo ingrese de manera clandestina al país.

Pablo decía que el plebiscito del 88 sería un fraude para el Pueblo y que la única forma para acabar con la Dictadura sería a través de una rebelión popular, que era parte de la línea política del MIR. Tesis que viene a cobrar sentido y hacerse carne desde los primeros años de la democracia (con cientos de perseguidos y encarcelados y decenas de ejecutados) hasta hoy, con la herencia del actual modelo económico y social en Chile.

Pablo Vergara es asesinado junto a Aracely Romo, con quien se conoce en las comunidades cristianas, compartiendo un mismo espíritu revolucionario y cristiano, que los llevó combatir contra las brutales injusticias de Chile y lo más horroroso de la Dictadura militar y por la profunda convicción en la construcción de una sociedad distinta.


Aracely, la revolucionaria 


Aracely Victoria Romo Álvarez, nace un 13 de marzo de 1962, hija de padres comprometidos con la causa popular, padre mueblista y madre con quien compartía su militancia, formaba parte de una alegre y numerosa familia. Desde niña se destaca por su capacidad para organizar y contar con una aguda visión crítica de la realidad que afectaba a sus vecinos y a su familia, situación que aportó a su sensibilización y a tomar conciencia de clase. Aracely comienza desde muy temprana edad en la organización social asumiendo un compromiso profundo y radical hacia la causa revolucionaria, por una sociedad con igualdad social y justicia plena. “Aracely fue una, mujer, luchadora incansable contra la explotación, una combatiente, disciplinada y metódica, una dirigenta social y política con claridad y asertividad en sus análisis, un cuadro revolucionario”.


Fuente: Kaos en la red.

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