lunes, 23 de mayo de 2016

CHEAP TRICK - BANG, ZOOM, CRAZY... HELLO

Cheap Trick encarna muchas bandas en una sola. En la segunda mitad de los setenta guiñaron irónicos la dualidad rubio/moreno impuesta desde el pop por ABBA y replicada en el rock por Heart, entre el rubio vocalista Robin Zander y el moreno bajista Tom Petterson -ambos guapos-, contrapuestos al look nerd del líder y guitarrista Rick Nielsen, y el aspecto de empleado público en horas extras del batero Bun E. Carlos. Ahí funcionaba la paradoja, no así las diferencias abismales entre el sonido en estudio y el rendimiento en vivo. 

En el escenario son fenomenales con un rock explosivo, ruidoso y de coros para masticar y hacer globos, en un punto exacto entre The Who y The Beatles. De ahí el éxito, por ejemplo, de “At Budokan” (1979), el doble en vivo grabado en Japón que les dio visibilidad en Estados Unidos. Hicieron intentos para acortar esa distancia. En 1998 Steve Albini, el productor que registró de manera atronadora a PJ Harvey con “Rid of Me” y Nirvana en “In Utero” (ambos de 1993), regrabó con crudeza el clásico “In Color” (1977). Nunca editaron ese material, aunque circula en la red como otra hebra suelta de esta zigzagueante e influyente institución citada por al menos dos generaciones de rockeros gringos, incluyendo Mötley Crüe, Guns N’ Roses, The Smashing Pumpkins y Pearl Jam, y recién incluidos en el Salón de la fama del rock and roll. Así, a casi cuatro décadas del debut, Cheap Trick vuelve tras siete años sin material original.

“Bang, Zoom, Crazy... Hello” es el primer título que no cuenta con los servicios de Bun E. Carlos, apartado desde 2010 bajo una extraña categoría donde se le reconoce como miembro oficial pero no gira ni graba. Daxx Nielsen, hijo de Rick Nielsen y que ha reemplazado todos estos años a Carlos, imprime oficio pero ni por asomo posee el relajo y la muñeca del original, tampoco algún rasgo distintivo capaz de competir con los lentes ópticos, el cigarrillo en los labios, la corbata suelta y las mangas arremangadas, que le daban al rechoncho baterista un aspecto único.

Producido por Julian Raymond, que ya trabajó en “The Latest” (2009) y además coautor de prácticamente toda esta placa, las doce canciones recrean las mayores habilidades de Cheap Trick con eficiencia y a la vez predecibles. El cuarteto tiene la misma llave del sonido del rock clásico estadounidense que maneja Aerosmith, donde más allá de los lucimientos personales importa la canción y su encuadre macizo. ‘Do You Believe Me?’ se sostiene sólidamente en sus mandamientos de hard rock visceral de los setenta; ‘Blood Red Lips’ es glam a lo largo y ancho, como ‘Sing My Blues Away’ y particularmente ‘The Sun Never Sets’, reflejan la adoración por The Beatles.

Robin Zander aún es un cantante espectacular capaz de alternar entre líneas melódicas y chillidos enrabiados, sin embargo también es palpable que esa oscilación vocal, a los 63 años, le toma más esfuerzo. En el bajo Petterson no logra superar las diferencias entre los filtros de la consola y el sonido brutal, la virtual guitarra recargada que ofrece en directo. Y Rick Nielsen sostiene su rol de pivote. A pesar de su aparente locura con las guitarras estrafalarias, la gorrita infantil, y las chaquetas abotonadas, orquesta todo de abundantes guitarras y, eventualmente, sintetizadores como decorado. “Bang, Zoom, Crazy... Hello” agita las banderas de una banda que envejece digna y legendaria, aunque su llama se apaga inexorablemente.



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