La antigüedad del cancionero escogido por Bob Dylan para "Fallen Angels", su nuevo disco de covers, obliga a repasar la historia. Durante la primera mitad del siglo veinte, Tin Pan Alley fue la firma musical reinante, un estilo y también un lugar en el que se concentraban los compositores de mayor éxito. Era la raíz del sonido bonachón que el rocanrol desplazó -y aniquiló, para ser más precisos- con su llegada.
Si hay que nombrar a los responsables de darle sepultura, Dylan siempre sale al baile. Al comienzo, aceptaba gustoso ser considerado el asesino de Tin Pan Alley. Con el tiempo se ablandó: reconoce en su autobiografía que disfrutaba ciertas canciones, después empezó a cubrir esporádicamente algunas en sus shows, finalmente sacó un disco de standards asociados a Sinatra, "Shadows in the Night", del año pasado.
Aunque en "Fallen Angels" repite la fórmula de versionar temas viejos, tal como lo hizo entre 1992 y 1993 con el repertorio folk de "Good As I Been to You" y "World Gone Wrong", no está exactamente en el mismo lugar y es posible ver una frontera que lo separa de "Shadows in the Night". Este segundo set comparte el intimismo como característica con su antecesor, aparte del lazo con La Voz (que registró 11 de sus 12 canciones), pero contiene recreaciones un pelo más atrevidas.
Pasadas por el filtro de Dylan, 'Young at Heart' evoca deliberamente un atardecer hawaiano y 'That Old Black Magic' se vuelve un rockabilly de peso mosca. Con un equipo de sesionistas colegiados que incluye a los guitarristas Dean Parks (Steely Dan, Marvin Gaye) y Stu Kimball (Bruce Springsteen), procura que el colchón musical sea reconfortante para su voz achacosa, hosca, con la que croonea de todos modos, confiado en la asistencia de una banda que se desenvuelve con maña en las fronteras de la sutileza. Cada uno sabe lo que hace, en especial el señor Zimmerman, tan covereado a lo largo de los años que comprende el arte de acercarse a material ajeno.
Entrevistado por la Asociación Estadounidense de Jubilados -¡plop!-, antes de sacar "Shadows in the Night", Dylan planteó su desaprobación a la forma bombástica en que gente como Rod Stewart reproduce los standards, aludiendo de paso a la gran cantidad de músicos que lucran apelando a esa nostalgia. Su aproximación, al contrario, ha sido austera; los instrumentos son abordados con suavidad, se aplican escobillas para la batería, la pedal steel y las cuerdas son tocadas con sedosidad. Es una especie de continuación del estilo ensayado en 'Spirit on the Water' del disco "Modern Times" (2006). Menos frontal que lo que hacen sus colegas, más bien se inclina por el country, pero con tendencias atmosféricas, incidentales.
De alguna forma, sigue rebelándose, aunque ahora entone las canciones escritas hace décadas por nombres como Harold Arlen, Hoagy Carmichael, Sammy Cahn, Johnny Mercer y Jimmy Van Heusen, parte del Great American Songbook que alguna vez fue visto como obsoleto por su culpa. El tiempo decidirá el lugar de "Fallen Angels" en la discografía de Dylan. Si lo pensamos, la época de "Good As I Been to You" y "World Gone Wrong" precedió a su resurgimiento con "Time Out of Mind". Cruzamos los dedos para que ocurra lo mismo.
Por Andrés Panes.
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