"Angustiado, muy cansado
de caminar por las calles
y no encontrar lo que andas buscando.
Empiezas a vender tus cosas,
ya no te queda nada,
ya no tienes nada,
sólo queda una última opción;
arrendar tu alma.
Es como una serie del barrio marginal,
todos escondidos en sus casas
mientras a ti no te importa si te puedan asaltar.
Todos con pistolas, todos con navajas,
alterando sus cuerpos para calmar su ansiedad,
raspando encendedores en la pared
para no quemarse los dedos otra vez."
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