A pesar del mayoritario consenso en condenar las atrocidades cometidas por la dictadura y el régimen de injusticias que legó a los chilenos; solapados, en las sombras, yacen todavía símbolos que la dictadura dejó como forma de reconocer su “obra”.
Antofagasta no queda fuera de esta realidad y es así como mediante las redes sociales se ha cuestionado la permanencia de monumentos que reivindican el golpe de estado.
Es lo que sucede con un monumento instalado frente a la Gobernación Marítima y el Puerto de Antofagasta, pleno centro de la capital regional. Si bien el monumento fue inaugurado en el año 1941 con un sentido muy diferente (rendir honores a los héroes de la independencia), es durante el régimen de Pinochet cuando fue modificado, se reinaguró y la frase “Honor a la Patria” paso a ser acompañada acompañada por “Septiembre 1810-1973”, mes y año en que se perpetró el golpe de estado financiado por Estados Unidos, para derrocar al gobierno de Chile.
No es el único monumento de este tipo, debido a que una sección del Hospital Regional de Antofagasta (hoy colapsado centro donde se toman exámenes), luce en su entrada una placa que lleva el nombre del dictador, causando estupor en pacientes y funcionarios. Algo similar sucedía en el Gimnasio Luis Bisquert Susarte de la Universidad Católica del Norte, que lucía en su entrada una placa al “Presidente”Augusto Pinochet Ugarte, así como también a las autoridades designadas de la época.
Una placa que a diferencia de las anteriores fue retirada por la casa de estudios católica debido a la molestia generalizada entre los estudiantes y académicos, por considerarse ajena al sentido de tolerancia y universalidad que debe transmitir una institución de educación superior, precisamente lo opuesto a la intolerancia expresada en el exterminio de personas por sus ideas políticas o el temor al conocimiento mediante la quema de libros “marxistas” realizada por el régimen.
Eliminar símbolos de la dictadura
Precisamente con el fin de revertir la existencia de este tipo de monumentos, es que aun duerme en el congreso un proyecto de ley presentado por parlamentarios de izquierda, que prohíbe la exhibición de imágenes y monumentos públicos que honren la memoria del fallecido dictador.
El proyecto de ley especifica que “se prohíbe en los espacios y organismos públicos, así como en los establecimientos educacionales, las imágenes, estatuas, placas o escudos que honren o recuerden al ex comandante en jefe del Ejército de Chile, general Augusto Pinochet Ugarte”.
Asimismo, “de todos los miembros de la Junta Militar que gobernó a nuestro país desde el 11 de septiembre de 1973 hasta el 11 de marzo de 1990”, explica el texto, que busca emular leyes similares en Europa referidas al régimen nazi.
En latinoamérica también han existido gestiones desde los diferentes países por quitar las imágenes de las dictaduras que asolaron el continente en los años 70 y 80. La más emblemática ocurrió en Argentina el 24 de marzo de 2003 cuando el entonces presidente Nestor Kirschner, en un acto oficial, ordenó retirar los cuadros de los dictadores Jorge Rafael Videla y Reynaldo Bignone del Colegio Militar de la Nación. El cuadro fue bajado por el jefe del Ejército, el Teniente General Roberto Bendini, por orden de Kirschner, ante la mirada de otros 27 generales y 5 coroneles.
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