jueves, 29 de septiembre de 2016

SIGRID Y EL ODIO DE TODO UN PAÍS

No quiero por nada del mundo justificar la agresión y brutalidad con que Sigrid golpeó a las otras estudiantes, mucho menos la cobardía de todos aquellos que fueron observadores pasivos y cómplices de lo que sucedía, y obviamente tampoco a esas niñas que grababan y que luego la glorificaron diciéndole un “buena Sigrid boxeadora” enalteciendo su triunfo, llenándola de honor y abanicando su ego. 

¿Pero en verdad creemos que hay que enfrentar esto publicando la foto de la niña, llamar a que la golpeen, llamar a que la odiemos? ¿Ya nos olvidamos de la Naty, de Rosa Espinoza y tantas otras que las hemos despedazado?; todas mujeres por lo demás. ¿Cuántas peleas hemos visto de hombres así y nos parecen normal, y no hay escándalo, y no hay prensa, y no hay académicos de prestigio hablando? 

¿Tan pobres de alma somos que no logramos entender el contexto de miles de niños y niñas que viven en entornos violentos y aprenden que todo se resuelve con los golpes?

¿Tan ciegos somos para graficar la violencia sólo en el rostro de Sigrid? ¿Acaso no ven la violencia que nos rodea a diario y que precisamente no viene de una adolescente de 15 años, sino que viene del estado, de la pobreza, de los pacos, de los sueldos y pensiones miserables, de nuestra historia que está podrida de tanta sangre? 

¿Tan cobardes somos que descargamos toda nuestra ira en una niña de 15 años y no somos capaces de enfrentar a quienes nos violentan todos los días de manera directa? 

Creo que el video de Sigrid en verdad es lo que mejor grafica esta sociedad chilena, alguien con poder que agrede, humilla, oprime a los más débiles; mientras el resto viendo cada detalle de lo que sucede, calla, otorga, permite, y aplaude a ese agresor, así tal cual como esta sociedad encuentra normal que nos saqueen, que nos exploten, que los pacos apaleen a estudiantes, que los trabajadores mueran en las faenas por la codicia del patrón. Y también ahí cumple un papel importante quien graba, que maneja toda la información porque es manejada también por esa que tenía el poder ahí, igualito que en Chile, porque toda esa prensa que ustedes ven, saben cada detalle de lo que pasa, y su misión no es informarnos, sino delinear una realidad falsa que es funcional a quienes los manejan, a los poderosos de este país.

Pero en verdad Sigrid no es el Estado, ni el Patrón, ni los pacos, ni siquiera el delincuente que tanto asusta a la familia chilena. Sgrid es una niña, de sólo 15 años, que seguramente igual que muchos vivió una infancia precaria, recibió una educación callampa, el pan escaseaba en su mesa, y creció en un país donde prima la ley del más fuerte, en una selva de pobres donde el que grita más fuerte, donde el que logra aplastar a los demás, sobrevive. ¿Y qué hacemos nosotros como sociedad?, decidimos transformarnos nosotros ahora en los agresores, así solucionamos esta historia tan pero tan triste, llamamos a que le peguen, viralizamos su rostro para que todos la odien, y entonces los ricos aplauden porque seguimos en la jaula comiéndonos entre nosotros y no detectando el responsable de que nuestros niños y niñas se quieran matar entre ellos.


SOMOS REALMENTE UNA MIERDA DE SOCIEDAD


Yo Sigrid, quisiera abrazarte, decirte que todo va a estar bien, enseñarte que entre mujeres tienen que ser solidarias, me gustaría que fuéramos a caminar, que comprendiéramos todo lo que nos toca enfrentar, me gustaría defenderte de este mundo de personas sin conciencia, me gustaría enseñarte cuáles son las verdaderas peleas que tenemos dar.


Por Teresa de las Flores.

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