Fue cruelmente torturado y recibió luego 44 balazos y este ensañamiento de la dictadura de Augusto Pinochet privó al mundo de la creatividad del cantautor y dramaturgo chileno Víctor Jara.
"Te recuerdo Amanda", "El derecho de vivir en paz", "El cigarrito", entre otras, son canciones que han acompañado a Latinoamérica en estos 43 años de ausencia de Jara, confinado al Estadio Chile tras el golpe de estado del 11 de septiembre de 1973.
Cinco días más tarde, fue asesinado en la instalación deportiva que hoy lleva su nombre. En realidad fue secuestrado en la Universidad Técnica del Estado de Santiago el 14 de septiembre, simplemente por sus ideas de izquierda.
Cantaba, escribía poemas, fue profesor, mimo y director teatral. Su pecado, abrazar la causa de la Unidad Popular del presidente Salvador Allende en Chile.
En cada aniversario de su fallecimiento es ineludible la visita al Museo de la Memoria en esta capital, donde abundan las sensaciones amargas. Entre ellas, en uno de sus muros, lo que fue el último poema de Jara.
Su cuerpo fue encontrado en las afueras del Cementerio Metropolitano, con señales de tortura. Allí existe hoy un Memorial en su honor, presentado por su viuda, Joan Jara.
En el mural se puede leer ‘Por el derecho a vivir en paz’, como reza en su emblemática composición.
La Corte Suprema de Justicia de Chile amplió la solicitud de extradición a Estados Unidos del oficial en retiro del Ejército, Pedro Barrientos Núñez, como responsable de los delitos de secuestro simple y homicidio de Jara y Quiroga.
Por Fausto Triana.
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