Antes de lanzar “Revolution Radio”, Green Day era una banda en crisis. El colapso de Billie Joe Armstrong durante un festival, en una actuación frente a miles de personas, pasará a la posteridad como un hito negativo en la historia del trío.
En sólo un movimiento, los problemas de abuso de sustancias del cantante se volvieron públicos y la promoción de la trilogía formada por los consecutivos “¡Uno!”, “¡Dos!” y “¡Tré!” se fue al tacho de la basura. Pero no fue el único remezón: tanto a la esposa del bajista Mike Dirnt como a Jason White, el guitarrista reconocido semi oficialmente como cuarto miembro en la portada del DVD “¡Cuatro!”, les diagnosticaron cáncer.
Después de la tormenta y el silencio, Green Day vuelve con un disco por el que, obviamente, ronda el fantasma de la muerte. Tras su paso por un centro de rehabilitación y años de sobriedad, Armstrong agradece haberse salvado de ella en 'Still Breathing', pero sabe que no todos tienen tan buena fortuna. 'Bang Bang' adopta la perspectiva de un asesino a punto de tirotear a una muchedumbre; a través de ese camino, llega al meollo del asunto, la cultura de las armas en Estados Unidos. La brutalidad policial y los oficiales de gatillo fácil son objeto de crítica en 'Say Goodbye', que al mismo tiempo cumple como un recordatorio de la fragilidad de la vida y la importancia de expresarle amor a los seres queridos. Como es evidente, el trío sigue dirigiéndose a la nación al estilo de “American Idiot”, pero ha alivianado su carácter para recuperar parte del espíritu juvenil de “Kerplunk”, el disco que estaba en sus mentes mientras grababan “Revolution Radio” escondidos, sin avisarle al sello para no recibir presiones. De ahí que, pese a la seriedad de su temática, tanto 'Bang Bang' como 'Say Goodbye' sean canciones muy directas. Por las venas de la primera corre energía noventera y la segunda incluso se vale del millennial whoop.
Green Day balancea con destreza las dos facetas más exitosas de su carrera en “Revolution Radio”. Está entre el trío de eternos adolescentes punk y la institución del rock estadounidense. Cantan sobre encontrar el amor ('Youngblood') y después sobre los atentados en París ('Troubled Times'). Pegan 'Outlaws', una muestra de su facilidad para hacer baladas, con 'Bouncing Off the Wall', un pop punk con ansias radiales, aunque se reporta que las emisoras juveniles están ignorando al grupo. El camino fácil hubiese sido sacar “American Idiot 2”, pasando del discurso anti Bush a uno contra el payaso de Donald Trump, pero el grupo en esta pasada opta por recapitular. Comprendido como un sumario de su carrera, “Revolution Radio” triunfa porque presenta un relato excelentemente equilibrado.
Por Andrés Panes.
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