lunes, 5 de diciembre de 2016

KORN - THE SERENITY OF SUFFERING

La nostalgia invadió a Korn. Con “The Serenity of Suffering”, su nuevo disco, inician una etapa en la que ya no tiene sentido seguir fingiendo. 

El momento oportuno para admitir su insatisfacción con la calidad de su catálogo reciente y, aun más importante, desandar los pasos de estos últimos años para reencantarse con su propia esencia. Nunca son tan obvios como Weezer, que dedicaron un single entero a pedir perdón por sus patinazos discográficos, pero cada señal que envían contiene el mismo mensaje: vamos a recular porque deseamos volver a nuestros inicios. 

Una decisión entendible considerando que fue una época prodigiosa. Títulos como “Korn” y “Life Is Peachy”, presentaron argumentos suficientemente sólidos como para generarle una crisis de identidad al metal y sentar las bases de una escuela que, después de haber sido alumbrada algunos años por el foco de la cultura pop, que luego se encargó de su demonización, sigue en pie, independiente del estado en el que se mantiene.

“The Serenity of Suffering” alude en su título a la psique de Jonathan Davis, quien se declara más cómodo en las penumbras de la negatividad y dice estar acostumbrado a ellas, mientras el polo opuesto le resulta desconcertante. O sea, “La serenidad del sufrimiento” perfectamente podría haberse llamado “Zona de confort” porque es un disco acerca de encontrar un espacio mental donde sentirse a gusto, aunque sea un lugar que a otros les parezca desagradable. Punto a favor de Korn: nada de eso se expresa mediante el autoplagio. Aunque hayan subido los decibeles como no lo hacían en más de una década, es la agresividad de antaño la rescatada y no se reciclan ni maquillan viejas ideas.

Acá salen a relucir muchos rasgos que hicieron de Korn un grupo esencial de los 90. Especialmente el esencial: la maestría para compactar sensibilidades contrarias. Munky, Fieldy y Head son unos genios en el manejo de la brutalidad que se potencian entre sí, y Jonathan Davis es un tipo ultra sensible con un poder expresivo infinito. Los primeros segundos de 'A Different World' dicen absolutamente todo lo que hay que saber sobre “The Serenity of Suffering”: parte como un tema dubstep, pero al instante queda hecho añicos a punta de nu metal, con Corey Taylor de Slipknot para añadirle insulto a la herida. El disco se inicia con guturalidad y guitarras tratadas como si fuesen tornamesas en 'Insane'. De ahí en adelante, rara vez baja la guardia. Es un diseño perfecto a la hora de recuperar la organicidad que los hizo clásicos. 'When You're Not There' cristaliza las intenciones de la banda, llegando a niveles ridículos de tonelaje. Para los que se quedaron mirando el programa y no cambiaron de canal mientras Korn atravesaba una segunda década compleja, con varios pasajes de carácter tentativo, “The Serenity of Suffering” es un premio. El disco necesario para seguir creyendo en una banda que hace rato no ofrecía razones para hacerlo.



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