La condena fue sustituida por la expulsión, situación permitida con extranjeros en el Código Penal español. Se desconoce qué día llegarán, pues la determinación de expulsión se hará sin previo aviso.
Francisco Javier Solar y Mónica Caballero, los chilenos que fueron condenados en España por el atentado cometido en 2013 en la Basílica del Pilar de Zaragoza, regresarán a Chile la próxima semana luego de haber sido expulsados desde Madrid.
La deportación es a modo de sustitución de la condena de cuatro años y medio de cárcel por delitos de lesiones y daños terroristas tras instalar un artefacto en la nave central compuesto por un balón de butano, dos kilos de pólvora y un reloj activador el 2 de octubre de 2013 y que lesionó a una mujer.
Su vida en la capital catalana dio un giro cuando explotó una bomba en la Basílica del Pilar, siendo detenidos por su participación. El ataque fue adjudicado por el grupo anarquista Comando Insurreccionalista Mateo Morral. Varios vídeos captaron a ambos ingresando con mochilas y saliendo del local poco antes de la detonación. Por esto, fueron detenidos en noviembre de 2013. Un año después, mientras se encontraban en prisión preventiva Solar y Caballero contrajeron matrimonio.
La decisión judicial se llevó a cabo el pasado 30 de enero por los jueces de la Audiencia Nacional, después de que el matrimonio -que se casó tras las rejas- invocara el artículo 89 del Código Penal español alegando que las penas de más de un año de prisión en contra de ciudadanos extranjeros pueden ser sustituidas por su expulsión del territorio.
El retorno ya fue notificado al Gobierno y fue materia de discusión en el comité policial de la semana pasada, preocupado porque se produce justo durante el debate por modificaciones a la Ley Antiterrorista tras el atentado al presidente del directorio de Codelco, Oscar Landerretche.
Solar y Caballero llegarán en un vuelo procedente de la capital hispana después de haber acreditado un domicilio en Chile y lo harán en calidad de ciudadanos libres ya que fueron absueltos en el bullado caso Bombas.
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