Cuarenta años caminando sin detenerse. Un reducido grupo de madres encabezado por Azucena Villaflor se reunía el 30 de abril de 1977 frente a la Casa Rosada para visibilizar su protesta y exigir a la Junta Militar la liberación de sus hijos. Ante la prohibición para concentrarse en la Plaza de Mayo, decidieron caminar en círculos alrededor de la pirámide que preside la plaza. Y así lo han hecho, jueves tras jueves, durante las últimas cuatro décadas.
La respuesta del régimen de Jorge Videla a la reclamación de esas madres fue una nueva dosis de represión. Villaflor, una de las fundadoras de Madres de Plaza de Mayo, llevaba varios meses buscando a uno de sus hijos, secuestrado por los "grupos de tareas" (comandos paramilitares) de la dictadura. Cuando decidió dar un paso adelante e impulsó la protesta en la plaza, el régimen le puso el ojo encima. A principios de diciembre de 1977, apenas siete meses después de esa primera marcha frente a la Casa Rosada, Villaflor fue secuestrada y nunca más se supo de ella. Es una más de las 30.000 personas desaparecidas entre 1976 y 1983, el periodo más negro de la historia reciente de Argentina.
Para desgracia de los militares, la desaparición de Villaflor no acabó con la resistencia de unas madres que siguieron caminando por la plaza y llamando la atención de la opinión pública internacional sobre la feroz represión desatada en Argentina tras el golpe de Estado de 1976.
Con la llegada de la democracia en 1983, las madres siguieron reclamando por el paradero de sus hijos. Las diferencias sobre la estrategia política a seguir llevó a una escisión de las madres en dos corrientes. Hebe de Bonafini se mantiene desde entonces al frente del grupo más combativo, que conserva el nombre original. La denominada Línea Fundadora está encabezada por Nora Cortiñas y Taty Almeida. El grupo de Bonafini se caracterizó en los últimos años por su decidido apoyo a los gobiernos de Néstor Kirchner y Cristina Fernández (2003-2015), que retomaron la agenda de los organismos de Derechos Humanos e impulsaron los juicios a los represores de la última dictadura.
"Ahora se quiere desdibujar la historia que vivimos. Acá no hubo guerra sucia, acá hubo un ejército que avasalló todos los derechos humanos", subrayó Cortiñas poco antes de los actos de homenaje celebrados ayer por el 40º aniversario de la fundación de su organización.
Por César G. Calero.
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