A propósito de una nueva conmemoración por la "heróica" muerte de este marino; aquí te contamos cómo fue la verdadera historia del abordaje de Arturo al Huáscar, y no como la historia de los colegios te la cuentan.
El 21 de mayo de 1879, el marino chileno Arturo Prat Chacón, al mando de la Esmeralda, se encontraba bloqueando el puerto de Iquique, capital del departamento peruano de Tarapacá.
Muy pocos conocen que Artuto Prat, el mayor héroe de Chile, evitaba comandar la Esmeralda porque desempeñar el puesto le causaba terror. Para autoinfundirse valor se veía obligado a beber abundante alcohol a bordo de la nave chilena.
El día del Combate Naval de Iquique, el monitor peruano Huáscar enfrentó a la Esmeralda y espoloneó a la corbeta enemiga. En el parte de Miguel Grau sobre el encuentro, el marino peruano informó que tras el primer espolonazo "quedaron abordados ambos buques hasta que el Huáscar empezó su movimiento para atrás". Como consecuencia del violento impacto de las naves y del estado de embriaguez en que se encontraba —incompatible con su responsabilidad de comando— Arturo Prat cayó sobre la cubierta del Huáscar. El testimonio del guardiamarina de la corbeta Esmeralda, Vicente Zegers Recasens, indica que Prat se encontraba pálido de verse en semejante situación. Mostraba además "en los ojos el fuego patrio que lo animaba", es decir tenía los ojos inyectados de sangre por el consumo del alcohol.
En circunstancias en que la oficialidad del buque peruano estaba empeñada en la dirección del combate y la mayor parte de la tripulación se encontraba bajo la cubierta del Huáscar, la presencia de Prat fue inicialmente inadvertida. Por ese motivo, el marino chileno pudo incorporarse y dirigirse a la torre del comandante, donde asesinó de tres balazos al oficial de señales, teniente segundo de la Marina Peruana Jorge Enrique Velarde Castañeda. Intentaba hacer lo mismo con Miguel Grau, cuando el valeroso marinero tacneño Mariano Portales le cerró el paso, disparándole un tiro de fusil Comblain a la frente, destapándole completamente el cráneo. Los sesos del bloqueador de Iquique quedaron desparramados sobre la cubierta del Huáscar. Fue así como murió Arturo Prat Chacón, el capitán chileno que para darse valor para pelear se "curaba"en la Esmeralda con cognac y otros licores.
El párrafo que antecede forma parte de la carta en la que el guardiamarina de la corbeta chilena Esmeralda, don Vicente Zegers Recasens, relata aspectos del Combate de Iquique entre su nave y el monitor Huáscar al mando del Contralmirante Miguel Grau. La misiva de Zegers fue dirigida a su padre y está fechada el 28 de mayo de 1879, exactamente una semana después de los sucesos. Zegers fue uno de los marineros salvados del naufragio de la "Esmeralda" por el Caballero de los Mares y fue hecho prisionero de las fuerzas peruanas en la ciudad de Iquique, departamento peruano de Tarapacá (Boletín de la Guerra del Pacífico 1979: 172-173).
La caída desde la Esmeralda convierte a Prat en el "pobre" Prat
La propaganda oficial chilena cuenta que Arturo Prat y la tripulación de la Esmeralda intentaron abordar el Huáscar y que el capitán Prat pereció en el intento.
Esta versión es una deformación de lo sucedido frente a Iquique el 21 de mayo de 1879. Prat no había preparado ningún plan ni había dado ninguna orden a la tripulación de la Esmeralda para abordar el Huáscar. No tenía tampoco preparados los recursos para efectuar el abordaje, entre ellos las largas pasarelas provistas de garfios reforzados en un extremo, las que lanzadas desde la Esmeralda y ancladas al Huáscar deberían crear el puente de abordaje por el que, supuestamente, descenderían las tropas chilenas.
Los hechos son distintos de los narrados por la leyenda chilena del "abordaje" del Huáscar. El monitor peruano aplicó en el combate tres espolonazos a la nave chilena. Cada de uno de esos impactos removió violentamente a la Esmeralda En el primero de ellos, Prat, que había estado bebiendo antes del enfrentamiento, perdió el equilibrio y cayó sobre el Huáscar. El desplome se pudo producir porque la Esmeralda era más alta que el monitor de Grau.
Por supuesto, tras el costalazo que sufrió Prat no hubo ningún equipo de abordaje, grupo o comando chileno listo para arrojar las pasarelas y descender al Huáscar. La ausencia de fuerza de abordaje y de los recursos para practicarlo comprueba que la supuesta acción "heroica" de Prat sólo fue para él una brusca caída, un muy desafortunado accidente. Así se explica que en diversas fuentes chilenas se use el término "la caída de Prat", para nombrar la supuesta acción de "abordaje", como en el artículo "El entierro de Prat. 22 de mayo de 1879" publicado por el periódico Voz Chilena de la ciudad de Iquique (Ahumada 1884: 367).
Es por esta razón también que varios sureños miembros de la dotación de la Esmeralda se refieren a Prat como "el pobre Arturo" o "el pobre Prat", entre ellos el teniente primero Luis Uribe, quien quedó al mando de la Esmeralda tras la caída de Prat (Ahumada 1884: 301). También usa el mismo adjetivo el chileno F. Echáurren. En carta dirigida a Condell el 4 de junio de 1879, se refiere al colega de Condell, en tono lastimero, como "su pobre compañero Arturo Prat" (Ahumada 1884: 360).
Carta del teniente primero Luis Uribe de la Esmeralda, dos días después del Combate de Iquique, refiriéndose a su amigo y comandante Arturo Prat como el "pobre Arturo" (Ahumada 1884: 301).
Saltar al Huáscar como medida de salvación para los marinos chilenos
Debe tenerse presente que para la tripulación de la Esmeralda atacada al espolón, intentar saltar al Huáscar en el momento de la colisión de las naves resultaba no un acto de heroísmo sino un desesperado y último intento de salvación, sobre todo si el brinco era sorpresivo y si era practicado por varias decenas de marineros.
Tras la caída y muerte de Prat, el teniente segundo Ignacio Serrano percibió claramente la alternativa de saltar al Huáscar cuando exclamó: "No nos queda otra salvación que el abordaje" (Ahumada 1884: 373). El problema para Serrano y la decena de tripulantes de la Esmeralda que lo siguieron en el salto al Huáscar es que el brinco, además de desesperado, no fue ni sorpresivo ni ejecutado por varias decenas de hombres. Advertidos por la caída de Prat y Aldea, producida al primer espolonazo del monitor sobre la Esmeralda, los tripulantes peruanos reposicionados en la cubierta del Huáscar pudieron dar rápida cuenta de Serrano y sus saltarines.
En la Esmeralda, la oficialidad consumió licor inclusive durante el Combate Naval de Iquique
No sólo Arturo Prat consumió licor en la Esmeralda en los momentos previos y durante la realización del Combate Naval de Iquique. Hubo otros oficiales que también buscaron en el alcohol el valor necesario para pelear, como el propio teniente Ignacio Serrano. A este respecto, existe el testimonio del guardiamarina de la Esmeralda, Vicente Zegers Recasens, incluido en una carta dirigida a su padre y fechada el 28 de mayo de 1879. En ella, Zegers relata que al finalizar la segunda hora del combate, el teniente Serrano se acercó a él y le dijo: "Vamos a la cámara a tomar la última copa" (Ahumada 1884: 303). El teniente Serrano estuvo encargado de los cañones de babor de la Esmeralda y, como se indicó en la sección anterior, saltó sobre el Huáscar en busca de la salvación.
Beber a bordo de la Esmeralda no fue conducta seguida únicamente por el capitán Prat y el teniente Serrano. Participó de ella toda la oficialidad de la nave chilena.
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