El documental "MIL" narra la existencia del Movimiento Ibérico de Liberación, célula revolucionaria catalána al final de la dictadura franquista. A través de la historia de la familia Solé Sugranyes, el documental MIL nos acerca a la vida del Movimiento Ibérico de Liberación. En un viaje que empieza en Ginebra, pasa por Catalunya, para regresar al final a Suiza, la red entre varios personajes y lugares se descubre.
El MIL es un grupo prácticamente desconocido fuera de Catalunya. Cuando es evocado, lo es siempre en términos simplistas, y rodeado del mito. Este mito, que le ha sido creado a su pesar tanto por la izquierda como por la historiografía y el periodismo oficiales, se alimenta de las acciones armadas del grupo y especialmente del asesinato de uno de sus miembros, Salvador Puig Antich, por el estado burgués en marzo de 1974 mediante el “garrote vil”. Pero esta mitificación esconde, evidentemente, lo que es más interesante del MIL: las motivaciones de sus acciones, sus aportaciones a la lucha de clases en la Barcelona de principios de los 70, su discurso político. Este artículo no pretende ser más que una presentación general de su teoría y su práctica, con la esperanza de contribuir a rescatar al MIL tanto del olvido como de su caricaturización.
Intentar recuperar la verdadera historia de lo que fue el Movimiento Ibérico de Liberación-Grupos Autónomos de Combate (MIL-GAC), es mucho más que hacer una crónica detallada de sus acciones de expropiación y de la detención, proceso y asesinato de Salvador Puig Antich. Es mostrar por qué y cómo se formó este grupo, qué propuesta política defendía y la alternativa revolucionaria que ofrecía. Haciéndolo así, se descubre que el MIL no era un grupo anarquista o incluso terrorista de lucha armada, catalán o no, con un mártir recuperado por el sistema, sino un grupo con una propuesta nítidamente diferenciada de la oposición antifranquista, totalmente original en el panorama español de la época, con fuertes raíces teóricas en corrientes revolucionarias de matriz marxista antileninista y que se consideraba a sí mismo no como otro grupo político más de la extrema izquierda, sino como un grupo de apoyo al movimiento obrero del momento. De esta manera, hablar del MIL-GAC exige hablar, sobre todo, de su itinerario político: sólo así se puede descubrir qué había detrás de este grupo de revolucionarios que han pasado de ser considerados, durante el franquismo, como “gángsters”, a convertirse después, simplemente, en “alocados utópicos” o, en el mejor de los casos, en luchadores antifranquistas. Para ello, hace falta comenzar a desmontar los mitos.
El documental lo puedes ver aquí:
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