La base electrónica a lo Postal Service de 'I'll Still Destroy You', para nada característica de cómo suena comúnmente The National, es un detalle representativo del ánimo exploratorio que predomina en "Sleep Well Beast". En su séptimo disco, los estadounidenses comparten una riqueza musical que, si bien no estaba escondida en sus trabajos previos, nunca había sido tan protagónica.
Canciones ansiosas como la homónima o 'Guilty Party' merodean por el sonido de los Radiohead más maduros, aunque, tal como el resto del álbum, ambas conservan los rasgos de identidad esenciales del quinteto, como las interpretaciones atribuladas de Matt Berninger o las intervenciones acotadas y creativas de los gemelos Dressner. Pero, insistimos, es un impulso distinto el que le da vida a "Sleep Well Beast", que difiere notoriamente del catálogo de The National, quizás una consecuencia de las últimas actividades del grupo, como tocar seis horas el mismo tema en una performance para el Museo de Arte Moderno de Nueva York, musicalizar una película independiente y curar un tributo a los caleidoscópicos Grateful Dead.
Resulta que esta vez la banda probó una forma de trabajo distinta. En resumen, su proceso habitual consistía en encerrarse a grabar y cuestionar cada idea hasta sufrir, pero "Sleep Well Beast" es el fruto de sesiones breves y distanciadas en el tiempo. Son canciones que surgieron desde el reajuste y se nota en lo musical también porque están salpicadas de experimentación con sonidos nuevos, aunque todo sigue estando en función de lo mismo: sintetizar el drama cotidiano en cápsulas de un rock atormentado que se alimenta de las inseguridades y los complejos de Matt Berninger, muy bien secundado por los Dressner y por la confiable base rítmica que brindan los hermanos Devendorf. Si no queda claro que las intenciones de este álbum son distintas, basta revisar los créditos, donde aparece gente del entorno de Stereolab, el dúo alemán de electrónica Mouse on Mars, y algunos integrantes de So Percussion, percusionistas neoyorquinos con cierta debilidad por los instrumentos raros. Los invitados añaden capas nunca antes presentes en la impronta de The National, empecinados también por su cuenta en poner sabores novedosos sobre la mesa.
"Sleep Well Beast" es una excelente adición a la discografía del grupo, que es básicamente una banda sonora para la disfuncionalidad contemporánea dividida en tomos. Y cómo podría ser de otra forma si el propio Bryan Devendorf describe su dinámica interna así: "Matt es el papá, Scott es la esposa sufriente, yo soy el tío oveja negra. Aaron y Bryce son las gemelas que disfrutan controlando a sus padres". Sería fácil decir que "Sleep Well Beast" es su álbum de la crisis de la mediana edad, pero seamos sinceros: The National sufre una crisis de la mediana edad desde su formación en 1999. Lo que hace este disco es proponer otras vías para expresar la desazón de costumbre, nacida de la masculinidad dañada y de una pesadumbre existencial inagotable. Ya sea taciturnos ('Walk It Back', 'Carin at the Liquor Store') o agitados ('The System Only Dreams in Total Darkness', 'Turtleneck'), la fibra que tocan es siempre la misma. Y nunca fallan.
Por Andrés Panes.
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