miércoles, 16 de mayo de 2018

A PERFECT CIRCLE - EAT THE ELEPHANT

En el mundo de la moda el concepto ready-to-wear alude a la versión callejera de lo que se muestra en pasarelas y siguiendo la lógica, A Perfect Circle era esa variable en relación a la densidad matemática y conceptual de Tool. 

El debut "Mer de Noms" (2000) fue más que auspicioso soslayando el destino habitual de los súper grupos, egos que no encajan y química al debe. La alineación de Maynard James Kennan y Billy Howerdel junto a secundarios de renombre como Paz Lenchantin y Josh Freese, conjugaba más que artistas experimentados, creando un material poderoso, sensible y detallista, un rock progresivo y metalizado que resultaba extrañamente cálido y acogedor. Esa chispa de singularidad disminuyó en "Thirteenth Step" (2003) y el siguiente paso también fue en descenso. "eMOTIVe" (2004), el ambicioso y fallido álbum de versiones empeñadas en desfragmentar los originales, redundó vano y pretencioso.

Las primeras gestiones de este regreso discográfico se remontan a la década pasada. Entre pausas, giras y proyectos paralelos el avance del nuevo material fue escaso. Los resultados de este disco confirman que el problema inmediato no estaba en las agendas de los músicos sino en un asunto mucho más serio: Maynard James Keenan y Billy Howerdel están en distintas páginas creativas. El cantante ha sido sincero en declarar que el material del compositor no le inspiraba en absoluto. El punto de convergencia para "Eat the Elephant" es una paradoja: un álbum ensamblado por separado, con ambas partes trabajando sin verse.

Tomemos bando. El vocalista tiene su punto. Puede ser digno de reconocimiento que Howerdel esté a la búsqueda de un lenguaje musical menos ortodoxo desde la guitarra y cediendo espacios a pianos, cuerdas, teclados y distintas tensiones rítmicas que, a ratos, evocan a Depeche Mode. El nivel de perfección sonora sigue siendo abrumador y un deleite. El detalle es que al menos la mitad de las canciones divagan entre sumatorias de elementos, tan frustrante como ese tema sin destino entre Trent Reznor, Josh Homme y Dave Grohl, titulado 'Mantra'. Por contraparte, Maynard James Keenan hizo lo mejor que pudo y se anota con uno de los trabajos más inspirados de su largo historial. Camaleónico a ratos, asume distintas voces, urde melodías, se torna femenino o agresivo levantando algunas composiciones donde no había mucho que hacer. Hay momentos en que el antiguo fuego de A Perfect Circle asoma. La concisión de 'Delicious', una de las canciones que brilla inapelable; el encanto gótico de 'Disillusioned', y la ambición heavy sinfónica de 'The Doomed'.

El otra esquina 'So Long, and Thanks for All the Fish' y 'Feather' son U2 con testosterona. 'TalkTalk' refleja pálido el debut, suscrita a un par de ideas convencionales. 'By and Down the River' se ve afectada por el mismo problema, una especie de cliché de APC en su propio estilo. 'Hourglass' suena a Linkin Park y 'Get the Lead out', la última, es un bostezo. Faltó tijera y onda para las 12 canciones y los 57 minutos de un título que demoró una eternidad.



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