Venezuela es un país considerado por muchos tercermundista, pero puede jactarse de tener un sistema orquestal del que nosotros los europeos sólo tenemos que aprender. Dicho sistema cuenta con la participación de más de 250.000 jóvenes. En Venezuela, la música tiene una función social muy fuerte que no he observado en ningún otro lugar, en ningún otro país.
Todo esto ha sido posible, y sigue siéndolo, gracias al maestro José Antonio Abreu, quien, con el apoyo del Estado, ha dado vida a un sistema musical que salva a los jóvenes de la calle, de la criminalidad, de la droga y les ofrece la oportunidad -gratuita- de adquirir una cultura, lo que, en última instancia, significa hacerse una vida.
La formación parte de los niveles más bajos, hay escuelas de música diseminadas por todo el país, escuelas de cualquier tipo, escuelas también para minusválidos, escuelas de luthería que enseñan un oficio a los muchachos rescatados de la pobreza de los barrios de una ciudad como Caracas.
El documental lo puedes ver aquí:
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