“Gracias por ser mi guía espiritual, una luz en la oscuridad. Las palabras no pueden expresar lo que esto significa para mí”, escribió Florence Welch hace unos días. ¿La destinataria? Patti Smith, quien describió ‘Patricia’ como una canción hermosa, en pleno Instagram de la cantante. El asunto es que esta pieza incluida en “High as Hope”, el flamante álbum de Florence + The Machine, fue inspirado de punta a cabo por la creadora de “Horses”, a quien le canta “siempre has sido mi estrella del norte”, en versos convertidos en su firma, una mezcla de devoción, preguntas, ilusión y miedo.
“Y es difícil escribir sobre ser feliz”, lanza a capella en ‘No Choir’, el tema que cierra la obra. ¿Pesimista? Para nada, es sólo una arista más de las que surcan en su mente. A sus 31 años, Welch ha adquirido mucha experiencia, pero lo mismo ha sucedido con sus fantasmas.
“High as Hope” no podía ser otra cosa que la exteriorización en letras y música de situaciones personales. Existe cierta intimidad ya en títulos como ‘June’, ‘Hunger’, ‘Grace’ o ‘The End of Love’, pero el contenido es mucho más sustancioso que su vestimenta, y a Florence no le molesta usar el estudio como un confesionario y sus discos como diario de vida. ‘South London Forever’ podría ser un relato de cómo recurría al alcohol para lidiar con la notoriedad masiva siendo una persona muy tímida, mientras que otro track del disco juega es de una confesión perturbadora: “A los 17 comencé a morir de hambre / Pensé que el amor era una especie de vacío”, un espejo del desorden alimenticio -al que se refiere por primera vez- y la carencia de amor. También, hay redención. ‘Grace’ es una carta en que pide perdón a otra mujer importante en su vida, su hermana menor.
A la altura de su cuarto álbum, la voz de Florence ha adquirido más sabiduría cuando se trata de emocionar. La producción de Emile Hayne le ha ayudado a encontrar nuevas posibilidades de expansión (el coro en la sugerente ‘Big God’ lo explica mejor), pero también la ha dejado expuesta como nunca antes (‘100 Years’, ‘June’, ‘No Choir’), pero al final, más libre. Las apariciones musicales de Kamashi Washington -notables arreglos de bronces, como el cierre arrullador en la mencionada ‘Big God’, Jamie xx, Tobias Jesso Jr. -también en composición- y Josh Tillman, ayudan a contribuir en esta nueva catarsis de Florence + The Machine. Los fantasmas permanecen, pero ha sabido cómo dominarlos. Sí, salió en la misma semana que “Scorpion” de Drake, pero a no dudar: a fin de año estaremos hablando de “High as Hope” en la parte alta.
Por Jean Parraguez.
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