La artista chilena -quizás la más influyente en las nuevas generaciones, tanto chilenas como sudamericanas- habría cumplido este 4 de octubre 101 años.
Un 4 de octubre de 1917, nació en San Carlos (Chile) la cantautora, artista plástica y folclorista Violeta Parra, pionera de la "Nueva canción chilena" y una de las más grandes influencias de la música latinoamericana.
Hija del profesor de música Nicanor Parra Alarcón y de la campesina Rosa Clarisa Sandoval Navarrete, Violeta Parra creció en el campo del sur, entre Lautaro, Chillán y Villa Alegre, y aprendió a cantar desde pequeña para sobrevivir.
Impulsada por su hermano, el poeta Nicanor Parra, Violeta viajó a la capital Santiago de Chile para consagrarse como divulgadora de la música popular de su país. Posteriormente, viajó a Europa y Asia a compartir su talento con el mundo.
En los años '50 comenzó a grabar sus primeras canciones y ganar reconocimiento tanto en Chile, como en Francia, donde se fue a vivir por un par de años. Luego vendría su expansión artística a los óleos y arpilleras, también a cerámicas. Nuevos viajes donde era aclamada y donde se convertía en la embajadora de una cultural que en Chile no siempre se valoraba.
Al igual que su carrera artística, su vida personal estuvo llena de altibajos: de Luis Cereceda, padre de sus hijos Ángel e Isabel, se separa en 1948. Contrajo matrimonio un año después con Luis Arce. Y en 1952, nació su hija Rosita Clara, quien falleció dos años después, mientras ella estaba en Francia. Su segundo matrimonio fracasó también, y se enamoró del antropólogo y musicólogo suizo Gilbert Favre, el que sería gran amor de su vida. Pero su abandono no le permitió continuar con su vida, y se suicidó en medio de una debacle artística de un disparo en la cabeza a los 49 años, en su carpa artística.
Su legado musical deja en el cancionero latinoamericano himnos como "Gracias a la Vida", "Volver a los 17", "Arauco tiene una pena" y "Qué pena siente el alma".
No hay comentarios:
Publicar un comentario