domingo, 20 de diciembre de 2015

DANZIG - SKELETONS

La idea de revisitar y plasmar en un disco de versiones todas esas primigenias influencias que fueron moldeando la personalidad musical de un joven Glenn Danzig parecía más que acertada en el papel.

Pero muchas veces las buenas intenciones se quedan solo en eso y el resultado final dista mucho de las expectativas creadas previamente. De partida, el disco tiene una producción horrible, que con la excusa de mantener un sonido crudo y de garaje, sirve para tapar todos los ripios de la voz de Glenn que no es ni por asomo la de antes, y el sonido solo se acerca al de un demo sin pulir.

La portada le rinde homenaje al disco “Pin Ups” del Duque Blanco David Bowie de 1973, sin la elegancia sutil de la original, aunque tiene una gracia retorcida, ya que la modelo que acompaña a Glenn es Kayden Kross, una popular actriz porno. ‘Devil’s Angels’ abre el disco con sabor punk, versión original de Davie Allan & The Arrows, compositor famoso de varias bandas de sonido de películas sobre pandillas de motoqueros de los años 50, intención que Danzig quiso repetir versionando un tema del compositor italiano Ennio Morricone de esas famosas “spaghetti westerns”, pero que al final no entró en el disco, al igual que la canción de Nancy Sinatra 'Some Velvet Morning', que fue cantada a dúo junto a Cherie Currie de las míticas Runaways, pero que por problemas de derechos de autor tampoco pudo ser incluida.

Dentro del material que sí quedó en la placa, resulta obvia ‘Let Your Self Go’ de Elvis Presley, una de las principales influencia vocales de Glenn, aunque se echa de menos algo de The Doors porque Jim Morrison es otra de sus máximas referencias. Mejor resulta la muy doom y arrastrada ‘N.I.B.’ de Black Sabbath, que posee el giro de tuerca más interesante de todo el disco. Dentro del costado más rockero del álbum encontramos ‘Lords of the Thighs’ de Aerosmith, claro que sin la chispa de la original, algo que se mejora en ‘Action Woman’ de la banda de rock sicodélico y de garaje The Littler, donde Glenn suena más empoderado y visceral recordando en algo sus viejos buenos tiempos. ‘Rough Boy’ de ZZ Top apenas cumple, teniendo un poco más de magia ‘Find Somebody’ (original de The Young Rascals, cuarteto de Nueva Jersey que entre 1965 y 1972 tuvo varios hits en las radios de Estados Unidos). Más notable y destacada dentro de lo rescatable del disco, suena la que cierra la placa, ‘Crying in the Rain’, del dúo country The Everly Brothers, que popularizó el tema en 1957, y que el grupo noruego A-ha versionó también con gran éxito y calidad hace 20 años. Glenn la lleva a su terreno y se desenvuelve de manera cómoda, algo que no ocurre en muchas de las otras canciones del disco.

Lo cierto es que este décimo álbum de estudio poco y nada de relevante viene a aportar a la carrera solista de Danzig, porque lo que alguna vez fue una banda hecha y derecha, quedó relegada a esos cuatro primeros discos que rozan la perfección más absoluta en cuanto a calidad compositiva y de sonido del período 1988-1994. Fue gracias a esos clásicos fue que Glenn pudo cimentar una carrera (considerando obviamente su legado en Misfits y Samhain), ya que todo lo que vino después ha sido de dulce y de agraz, demostrando la inestabilidad artística de un cantante fundamental e influyente para muchas bandas posteriores dentro del hard rock y el metal, pero que en algún punto de su oscura existencia extravió el camino o perdió la inspiración.






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