Primero lo primero: la salida de este disco no responde a un plan de contingencia para facturar explotando la muerte de David Bowie. Fue anunciada en diciembre del año pasado, semanas antes de su fallecimiento en enero, como parte de una serie de reediciones en vinilo.
“Bowie at the Beeb: The Best of the BBC Sessions 68-72” recoge cuatro años de visitas a la radio de un músico en plena metamorfosis. Son varias sesiones que, unidas, constituyen un relato: los albores de un ícono. Arranca con Bowie en el año previo a causar un impacto con 'Space Oddity', todavía muy apegado a la costumbrista estética music hall, y termina con su primer cénit, la era Ziggy Stardust.
Aparecido originalmente en CD el año 2000, “Bowie at the Beeb” no comprende todo el material grabado por Bowie para la BBC, pero es una selección valiosa de registros porque él mismo la armó. Es más, aparte de elegir las piezas del puzzle, tuvo que completarlo: la emisora perdió las cintas que contenían las canciones que abren el disco y fue necesario que las sacara de su archivo personal. Su inclusión era menester para contextualizar de dónde venía Bowie antes de convertirse en una leyenda. Reflejan la época en que el budismo consumía su interés y la industria musical lo había maltratado tanto que consideraba abandonarla para convertirse en mimo. Son 'In the Heat of the Morning', 'London ByeTa Ta', 'Karma Man' y 'Silly Boy Blue'; magníficamente arregladas por The Tony Visconti Orchestra, aunque carentes de personalidad en comparación a todo lo que vendría después de ellas.
Bowie va tomando vuelo con el paso de los minutos. 'Janine' y 'Let Me Sleep Beside You' anuncian lo que está por concretarse con la llegada de Mick Ronson a su banda: un cambio radical que lo aproximaría al rocanrol que tanto admiraba y que era esquivo a su sensibilidad (y a la de Visconti). Se incluyen tomas de la presentación en público del guitarrista, apropiándose de cortes de “Space Oddity” como 'Unwashed and Somewhat Slightly Dazed' y 'Cygnet Committee', y también adelantando lo que eventualmente sería 'The Width of a Circle'. La inclusión de Ronson hace la diferencia: canta a dúo con Bowie en 'Oh! You Pretty Things', 'The Supermen' (dos bonus respecto a la edición del 2000) y 'Eight Line Poem'; saboriza un cover de 'Almost Grown' de Chuck Berry; le da más peso a 'Bombers' y 'Queen Bitch' del que tienen sus versiones de estudio de la era “Hunky Dory”.
Con 37 canciones en casi dos horas y media, la retrospectiva es extensa porque las circunstancias de la época que retrata así lo permitían. Aunque ahora parezca extraño, la BBC de fines de los 60 y comienzos de los 70 dosificaba la emisión de música envasada para darle cabida a las presentaciones en vivo. Un cantante podía visitar sus estudios varias veces en poco tiempo, condiciones que incluso propiciaban el tanteo de ocurrencias, como 'Port of Amsterdam', un cover del trovador francés Jacques Brel que Bowie interpreta solo, a cargo de la guitarra y de cantar, años antes de publicarlo en el lado B de 'Sorrow'. Para fanáticos curiosos y exhaustivos, "Bowie at the Beeb" es un disco imprescindible.
Por Andrés Panes.
No hay comentarios:
Publicar un comentario