Recordamos este día como lo fue desde sus inicios: un día de lucha y agitación contra la explotación, un día de refriegas callejeras, de sabotajes, tomas y propaganda.
Hoy después de tantos años de olvido y de grandes intentos de los sindicatos y gobiernos por implantarnos la “celebración al trabajo”, es necesario retomar las banderas que le dieron sentido a esta fecha: el cuestionamiento a este mundo de miseria y muerte, llevando a cabo acciones que demuestren nuestra autonomía y fuerza como clase en lucha contra nuestra explotación y dominación.
Es por eso que hacemos este llamado: al abandono de las embotadas celebraciones, las procesiones sin sentido y las fiestas dirigidas por nuestros enemigos. Exhortando a la acción autónoma por fuera del borreguismo y la fiesta, que sólo perpetúan nuestra condición de esclavos asalariados.
¡Hoy 1° de Mayo no tenemos nada que celebrar!
¡Hoy (como siempre) es un día más para LUCHAR!
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