"Sin ropa ni bañera
bajo la última bandera,
no es que sea un viajero
pero me apestan los ufaneros.
Reviso mis bolsillos
por si me queda algo de fumar
y lo único que encuentro
es un pasaporte directo
a la enfermedad.
Y lanzo al río mis últimas condenas
y me arrojo junto a ellas,
a ver si así me desato
de esas antiguas cadenas.
Me acuerdo de ese viejo lugar,
la plaza, el volantín, las calles,
un hogar donde podía vivir.
El tiempo me ha quitado esos momentos,
es por eso que estoy a sesenta segundos
de subirme al tren de la locura,
a veces eso es lo único que tranquiliza mi cordura.
Sé que hace tiempo di el último beso,
es por eso que mis días se han visto envueltos
en uno y que otro exceso.
No me importa si me vuelvo a caer,
siempre es una buena excusa
para volver a terminar de cero.
Y mi alma se va quedando a oscuras,
los tebos se van acercando
hasta no dejar nada en mi camino,
siempre estoy a un minuto de la locura."
No hay comentarios:
Publicar un comentario