En las últimas semanas ha comenzado un progresivo aumento de la producción en las plantas de explosivos de Orica Chile, de la mano de un “apriete” a los trabajadores, con mayor disciplinamiento, con los jefes de áreas supervisando los tiempos de entrada y salida, los “hombres y mujeres del cronómetro”, quienes son el instrumento político de la empresa para la dominación del trabajo, y de las y los trabajadores.
Los objetivos políticos, detrás de cada supervisor, jefe o segurito, que vela por el cumplimiento del tiempo y los ritmos de trabajo, son los del patrón, es decir, más producción, más disciplina, más sometimiento, y menos derechos. A la vez que buscan acallar nuestra resistencia a sus abusos y nuestras respuestas, con el fin de que sus ganancias sean mayores. Todo eso se llama: más explotación.
Los objetivos políticos, detrás de cada supervisor, jefe o segurito, que vela por el cumplimiento del tiempo y los ritmos de trabajo, son los del patrón, es decir, más producción, más disciplina, más sometimiento, y menos derechos. A la vez que buscan acallar nuestra resistencia a sus abusos y nuestras respuestas, con el fin de que sus ganancias sean mayores. Todo eso se llama: más explotación.
Frente a la rabia que nubla los ojos, desarrollemos nuestra resistencia
En los últimos días ha emergido un fuerte sentimiento de resistencia al disciplinamiento en la fábrica y a los objetivos de los empresarios de Orica de mayor explotación, porque las condiciones laborales van de mal en peor: existe hacinamiento en los camarines, baños totalmente colapsados por la cantidad de trabajadores que los utilizan, hongos, humedad, casilleros en mal estado, sin ser suficientes para la cantidad de trabajadores y trabajadoras en la fabrica. No hay soluciones para las altas temperaturas sólo “aspirinas”, sumándose así un verano más sin medidas que mitiguen las altas temperaturas en la fabrica. Largos trayectos en los buses de acercamiento, enfermedades laborales, degradación física y moral de los trabajadores. Y esto totalmente por fuera de la legalidad vigente y de nuestras aspiraciones, así queda claro que mientras nosotros dejamos la vida en la fabrica, ellos se llenan los bolsillos a costa de nuestro trabajo.
¿Con qué herramientas contamos los trabajadores?
Pero la resistencia la tenemos que desarrollar organizándonos bajo objetivos claros y propios, y para hacerlo, las y los trabajadores contamos con herramientas; las asambleas dentro y fuera de la fabrica, donde deliberamos, decidimos y trazamos un plan de acción en unidad entre las y los trabajadores del sindicato, en este punto, es de real importancia abrir los ojos a muchos/as compañeros/as que no ven la ofensiva de los patrones; la solidaridad de otros sindicatos de la industria, confederaciones, y de diversos sectores; junto al apoyo de organizaciones políticas. Es esta la fuerza que nos permitirá enfrentar a Orica y sus servidores, una lucha que se librará en el lugar de trabajo, ahí donde el patrón cree tener un espacio sagrado para decidir lo que se debe hacer, y ahora lo que quiere es más explotación.
Nuestros Objetivos: trabajar 6 horas 5 días a la semana, sin rebaja de sueldo
Los trabajadores de Orica una multinacional con millonarias ganancias, donde los trabajadores trabajan 6 de los 7 días de la semana en turnos rotativos, y otros con jornadas extensas de 12 horas por 4 días de trabajo y 4 días de descanso, decimos que queremos trabajar 5 días, 6 horas a la semana, y sin rebaja de sueldo, puesto que no queremos vivir más así, sin poder gozar de nuestras familias, amigos, ocio, deporte, o cultura. Sabemos que esta jornada laboral de 6 horas y 5 días a la semana no soluciona el problema fundamental de la explotación, pero sería un avance en las conquistas de los trabajadores, la cual podría generar más empleos, pues se ocuparían todas la manos disponibles para cubrir las 30 horas a la semana en los diferentes turnos, dando la oportunidad de trabajar a los desocupados que en Antofagasta llegan cerca de los 24 mil trabajadores.
Esto implica, desde ya, que los empresarios, que lucran con nuestro trabajo, verán reducida sus ganancias, pero esa es la tarea que nos tenemos que trazar para que nuestras vidas valgan más que sus ganancias, una lucha que debe ser impulsada no sólo en Orica sino por el conjunto de los trabajadores en el país.
Por Lester Calderón.
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